Prevenir enfermedades con ejercicio físico

El ejercicio físico y el deporte bajo la supervisión de un profesional y en su justa medida, ayudan a prevenir multitud de dolencias con gran efectividad y no presentan efectos secundarios.

El ejercicio es un potente medicamento. La dosis optima es de 30 minutos a 1 hora en adultos y de 1 hora a hora y media para los niños.

Esta “medicina” está especialmente indica para pacientes con obesidad, hipertensión, problemas cardiovasculares, diabetes o incluso cáncer.

En España, el 54% de la población no practica deporte alguno y sólo un 31% lo hace al menos dos veces por semana.

No existe ningún otro medicamento como el deporte: es apto para todo tipo de públicos, se puede practicar en cualquier momento y lugar y tiene infinitos beneficios sin efectos secundarios.

Comenzar a hacer ejercicio, en algunas ocasiones nos resulta complicado, pero una vez se comienza el cuerpo responde. Si lo que nos falta es motivación, la prevención de las enfermedades debería ser un buen motivo. La caminata es un comienzo excelente, o incluso el baile. Y basta con acomodar nuestro ritmo y nuestras posibilidades a la actividad física para después ir incrementándola poco a poco.

Bicicleta un deporte sano

Entre las enfermedades que pueden prevenirse con la actividad física se encuentran las siguientes:

Sobrepeso y obesidad

Tanto el sobrepeso como la obesidad se han convertido actualmente en un serio problema de salud pública. El sedentarismo y la mala alimentación son algunas de sus causas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo hay 1.900 millones personas adultas que tienen sobrepeso, y más de 600 millones sufren obesidad. El entrenamiento y la dieta saludable son las claves para acabar con este problema.

Presión arterial alta

Correr, nadar o ir en bicicleta han demostrado ser muy efectivos para controlar la presión arterial. Cualquier otro tipo de entrenamiento aeróbico combinado con una alimentación sana nos ayudara a prevenir esta dolencia.

Enfermedades cardíacas

Otro de los beneficios del entrenamiento aeróbico es que previene las enfermedades cardíacas (como el infarto de miocardio, las arritmias, etc.) y los problemas del corazón, además de la ya mencionada hipertensión.

Colesterol alto

El colesterol alto está asociado a múltiples enfermedades. Tanto la dieta saludable como el ejercicio físico disminuyen los niveles de colesterol malo y aumentan los niveles de colesterol bueno o HDL.

Diabetes tipo II

Las investigaciones recientes muestran que el ejercicio físico reduce en 42% el riesgo de padecerla, ya que el entrenamiento físico mejora la capacidad del cuerpo para usar la insulina.

Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad de los huesos que produce una disminución de la densidad de masa ósea. Y el ejercicio físico es clave para tener un esqueleto fuerte. El ejercicio mejora la densidad ósea y previene el deterioro de los huesos. Y además, previene el riesgo de fractura en un 17%.

Fibromialgia

El ejercicio físico ayuda a prevenir la fibromialgia y alivia sus síntomas.

Cáncer

Estudios recientes demuestran que las personas que practican deporte habitualmente tienen menos probabilidad de sufrir esta terrible enfermedad.

Enfermedades oculares

Las enfermedades oculares pueden prevenirse con el entrenamiento físico. Según un estudio realizado por el Investigative Ophtalmology & Visual Science, el ejercicio frecuente puede disminuir en un 19% el riesgo de degeneración macular.

Artritis

El entrenamiento moderado es un efectivo para prevenir y reducir la artritis, ya que ayuda al fortalecimiento de los músculos que rodean las articulaciones.

Resfriados y gripe

El ejercicio físico también se ha mostrado muy eficaz para fortalecer el sistema inmunológico, lo que ayuda a sufrir menos resfriados y menos procesos gripales.

Estrés

El ejercicio físico es efectivo no solo para prevenirlo sino también para reducirlo, pues disminuye los niveles de una de las hormonas relacionadas con esta condición: el cortisol. Una hormona muy relacionada con algunas enfermedades como el cáncer.

Alzheimer

Practicar ejercicio mejora la memoria y ayuda a prevenir el alzheimer. Practicar actividad física incrementa las sustancias químicas del cerebro que previenen la degeneración de las neuronas del hipocampo, causantes de esta enfermedad.

Ansiedad

Cuando practicamos deporte nuestro cuerpo secreta substancias que nos ayudan a eliminar la ansiedad y a sentirnos bien.

Depresión

El ejercicio físico puede ser efectivo para reducir las depresiones menos pronunciadas, pues ayuda a liberar sustancias químicas en el cerebro que se relacionan con el estado de ánimo (por ejemplo, serotonina o endorfinas). Además, mejora la autoestima.

Numerosos estudios científicos orientados a la prevención han demostrado que el ejercicio físico reduce el riesgo de padecer depresión. Además, estas investigaciones señalan que cuanto más ejercicio físico se practique (más de cinco horas por semana) menor será la probabilidad de sufrir este trastorno.

El ejercicio posee un efecto similar al de la terapia psicológica y algunos antidepresivos, reduciendo los síntomas de la depresión.

Las contracciones musculares que se producen en nuestro cuerpo durante el ejercicio físico producen señales químicas que afectan a todos los órganos de nuestro organismo, entre ellos el cerebro. Estos cambios producidos en el cerebro durante el ejercicio contrarrestan las alteraciones neuronales que ocasionan la depresión.

Durante el ejercicio nuestros músculos liberan a la sangre sustancias químicas que afectan a nuestras neuronas, haciendo que éstas puedan repararse, proliferar, mejorar su funcionalidad e incrementar sus conexiones.

La proliferación de las neuronas ocurre en el hipocampo, una región afectada en los desórdenes como la depresión y el alzhéimer. Se liberan endorfinas y endocanabinoides, que ayudan al cerebro a producir un efecto ansiolítico, analgésico y sensación de felicidad.

Las personas físicamente activas poseen un mejor riego cerebral que les ayuda a oxigenar sus neuronas y eliminar los deshechos que éstas producen de forma natural. Además, tienen menos inflamación, mayor capacidad antioxidante y un mejor metabolismo, factores fundamentales en el tratamiento antidepresivo.

Las personas deprimidas padecen alteraciones en los neurotransmisores como la norepinefrina, la dopamina y la serotonina, que intervienen en el humor (de ahí que uno de los fármacos más utilizados sean los inhibidores de la recaptación de serotonina). A nivel cerebral el ejercicio incrementa los niveles de serotonina, revirtiendo su alteración en los pacientes con depresión.

El ejercicio físico es, por tanto, una potente herramienta que, a corto y largo plazo, nos proporcionará salud mental, física y nos ayudará a prevenir multitud de dolencias y enfermedades crónicas.

En el tratamiento de enfermedades, el deporte permite equilibrar las sustancias cuyo desajuste ha generado la enfermedad, actuando de forma similar a un fármaco.