El sobreentrenamiento
Cuando exponemos a nuestro cuerpo a un exceso de entrenamiento físico, unido a un descanso y recuperación deficiente y, en ocasiones, a un aporte de calorías insuficiente, estamos ante lo que denominamos el “síndrome del sobreentrenamiento”.
Nuestro cuerpo comienza entonces a mandarnos señales de todo tipo, nos dice bien alto “para, estoy cansado” pero nosotros en vez de escucharle, nos liamos la manta a la cabeza y le llevamos al límite pasando por alto estas advertencias o señales, hasta que finalmente nos obliga a parar en forma de síntomas, de los que hablaremos más adelante, que nos incapacitarían temporalmente para continuar realizando ejercicio físico.
La clave, por tanto, la vamos a encontrar aprendiendo a escuchar y a respetar a nuestro cuerpo y va a ser sin ninguna duda, lo más beneficioso e inteligente que podemos hacer de aquí en adelante.
A continuación, te lo explicamos todo de forma más detallada.
Las causas del sobreentrenamiento
El primer lugar lo ocupa el exceso de entrenamiento, provocado muchas veces, por nuestra inexperiencia a la hora de realizar ejercicios intensos y sobre todo si somos nuevos en esto, ya que no dosificamos nuestra manera de entrenar, forzamos demasiado nuestro cuerpo y no atendemos a nuestro descanso.
Por otro lado, este sobreentrenamiento va a provocar que nuestro sistema nervioso se agote y ¿porqué?, porque pasamos por alto las señales de alarma (fatiga, agotamiento) que nos manda nuestro cerebro y decidimos continuar.
Por último, nuestro cuerpo necesita los nutrientes necesarios para realizar una actividad física intensa. Si no le aportamos la ingesta correcta de estos nutrientes que requiere no puede rendir y la recuperación no podrá realizarse de forma completa.
¿Cómo detectarlo?, síntomas de sobreentrenamiento
Si comienzas a notar 5 o más de estos síntomas, lo más acertado es parar de entrenar el tiempo que sea necesario hasta que tu cuerpo se reponga y ver si es debido a un sobreentrenamiento.
Sería bueno plantearte bajar la intensidad de tus ejercicios y optimizar tu plan de entrenamiento con períodos de recuperación, de esta forma evitarás exponer de nuevo a tu cuerpo a la fatiga y aprenderás a entrenar correctamente.
En JOYFIT estaríamos a tu disposición para cualquier consulta y asesorarte en lo que necesitaras.
- Sensación de fatiga persistente, te sientes sin energía, agotado.
- Notas que la recuperación es más lenta e incompleta.
- Dolor muscular continuado.
- Desmotivación.
- Presentas estados de ánimo depresivos.
- Notas las piernas muy pesadas y cansadas.
- Puedes presentar cambios en el apetito.
- Te irritas con frecuencia y tienes mal humor.
- No rindes de la misma manera o sientes que te estancas.
- Tienes problemas a la hora de conciliar el sueño. Insomnio.
- Aumento de la necesidad de dormir.
- Tu frecuencia cardíaca en reposo aumenta.
- Se debilita tu sistema inmunitario (propenso a resfriados, dolor de garganta, por ejemplo).
- Tienes dolores de cabeza.
- Aumentan las lesiones.
Prevenir los síntomas del sobreentrenamiento.
- Planifica tus entrenamientos.
- Si respetamos a nuestro cuerpo siendo conscientes de nuestras capacidades y también de nuestros límites, tenemos más de la mitad del camino recorrido.
- Deja que tu cuerpo asimile el esfuerzo que realizas, es decir, respeta siempre el margen de recuperación, fija los días de entrenamiento y de descanso y por supuesto, confecciona una programación inteligente que se amolde a tus necesidades.
- Duerme bien, con calidad.
- Este factor es importantísimo y deberíamos darle el puesto que se merece, porque es mientras dormimos cuando regeneramos nuestro sistema.
- Además, mientras dormimos, nuestro sistema cognitivo también se regenera, junto con la atención, la energía y la memoria.
- Hidrátate bien, bebe líquidos “sanos” y mantén una dieta saludable, nutritiva y equilibrada alimentándote con “comida real”, ya sabes, eres lo que comes.
- Haz siempre estiramientos, prepara a tu cuerpo antes de comenzar cada entrenamiento, evitarás lesiones.
- Por último, diviértete haciendo ejercicio, evita entrenamientos que sean monótonos, varía tus rutinas y sé flexible.
Y recuerda siempre escuchar a tu cuerpo.